domingo, 6 de noviembre de 2016

Test de la Escala Kinsey


En un artículo de la página El Ciudadano, he visto el artículo La Escala de kinsey y qué tan bisexual eres en 13 preguntas. Pues bien al realizar el test me salía el resultado que yo personalmente sabía desde hace tiempo, pero que por cuestión personal no me atrevía a sacarlo desde mi misma: soy asexual. Ahora me cuesta menos decirlo porque tengo un poco más de confianza al explorar mi personalidad y mi comportamiento a la hora de tratar y de hablar sobre sexualidad con los demás. Pero me doy cuenta de que hay personas que no entienden por qué lo soy y les cuesta entender lo que siento. De hecho lo he mostrado en algunos artículos del blog.


Realmente lo que quiero decir con esta entrada es que no importa nada los resultados del Test de Kinsey para saber lo que realmente siente una persona. La sexualidad se descubre en lo más profundo del ser de una persona y nadie tiene derecho a cambiar esa forma de ser o ese estilo de vida si la persona que se siente identificada por cualquier orientación sexual (ya sea Homosexual, Heterosexual, Bisexual, Asexual, Pansexual, etc.). No importa como seas. Lo que importa es ser feliz con uno mismo independientemente de lo que sienta.

martes, 1 de noviembre de 2016

La ignorancia



Leyendo los comentarios sobre un artículo en la página de facebook de El Ideal de Almería sobre el sexo oral y las Infecciones de Transmisión Sexual me encuentro estos comentarios:





Sinceramente esto es producto no sólo de la ignorancia sobre la asexualidad, sino de la poca o nula educación sexual y la falta de información sobre salud sexual, porque muchos sabemos que el sexo oral sin protección puede acarrear diversas enfermedades, entre ellas el cáncer. No sólo me duele porque el tema de las Infecciones de Transmisión Sexual es un tema demasiado serio como para banalizarlo, sino porque desde la más simple ignorancia se atreven a echar la culpa a los asexuales de escribir dicho artículo. Lo segundo es lo que más me ha dolido, lo que me ha hecho ver que hay personas que nos ven como los aguafiestas o los frígidos cuando en realidad no lo somos. No rechazamos el sexo, y sí tenemos derecho a pedir respeto por nuestra orientación sexual. No me han insultado a mi persona, pero me siento insultada, no tengo por qué recibir consejos sobre cómo vivir MI vida, nadie es quién para intentar cambiar la sexualidad de nadie, más que nada porque es difícil. Ahora sólo falta que la propia sociedad se dé cuenta de que los asexuales existimos y que ni tenemos ningún problema ni que formamos parte del problema.